En el deporte se ponen a prueba los mecanismos fisiológicos de adaptación que tiene el cuerpo, y más aún en el deporte de competición, ya que requiere grandes exigencias físicas y mentales.
La Osteopatía, gran conocedora de cómo funciona el cuerpo, analiza y mejora la adaptación al entrenamiento, estimulando éstos mecanismos al máximo, mejorando así rendimiento deportivo y minimizando al máximo el riesgo de lesiones.
Una revisión osteopática periódica asegura un aumento del rendimiento deportivo y minimiza la aparición de sobrecargas y lesiones.
La Osteopatía va más allá de cuidar el sistema musculo-esquelético. Su concepto de salud es más amplio: Analiza al deportista de forma individualizada en todos sus aspectos:
– Musculo-esquelético: Tratamiento y prevención de lesiones, equilibrando las diferentes cualidades físicas básicas en función del deporte practicado.
– Nutricional: La alimentación del deportista debe, además de evitar carencias nutricionales, compensar los procesos oxidativos propios del entrenamiento intenso y aportar los principios activos necesarios para realizar todas las rutas metabólicas. Es fundamental tener un óptimo funcionamiento del sistema digestivo, sólo así podemos garantizar una buena absorción de nutrientes.
– Metabólico: Interpretación de análisis sanguíneos que confirmen el buen funcionamiento.
– Descanso: Sin el descanso no es posible la recuperación, sin recuperación no hay adaptación, y sin adaptación no hay mejora en el rendimiento.
Como consecuencia de éste análisis exhaustivo e individualizado,
la Osteopatía aporta a los deportistas:
– Tratamiento y recuperación de las lesiones deportivas sufridas, minimizando al máximo sus secuelas, asegurando un buen sistema de compensación.
– Prevención para que no haya lesiones, estimulando el sistema propioceptivo y reforzando la musculatura implicada en cada deporte.
– Aumento del rendimiento, siempre desde un punto de vista saludable.